miércoles, septiembre 09, 2009

Estrategias de Afrontamiento

Mecanismos de Defensa

DEFINICIÓN

Los mecanismos de defensa (o estrategias de afrontamiento) son procesos psicológicos automáticos que protegen al individuo frente a la ansiedad y las amenazas externas (como una situación embarazosa) o internas (como puede ser un recuerdo desagradable).

Los M. D. son un conjunto de actividades psíquicas y de operaciones mentales que, ante cada situación, actúan en forma artificiosa, autónoma e inconsciente, o sea excluyendo de la conciencia aquellos impulsos, que si fueren reconocidos, crearían angustia y sentido de culpa. El origen de la ansiedad procede del Yo opuesto a Ello y al Superyo y al Sí mismo opuestos al exterior; el Yo evita el riesgo de “pasar al acto” transformando las energías libres en energías adaptativas.

Los M. D. cuando tienen éxito resultan en rasgos o formas de reacción del carácter en proceso de estructuración (W. Reich). Asimismo, ante cada situación ponen en marcha diversos M. D. que llegan a formar parte de la personalidad. Lo normal es disponer de algunos mecanismos de defensa, los cuales, mediante la búsqueda de la adaptación, tienden a impedir la neurosis. Los M. D. no perturban, en general las funciones más importantes.

Los M. D. son elegidos por el Yo tanto en calidad como en cantidad por un tiempo determinado. Pueden ser limitados, anulados, eliminados o transformados por el Yo a través del tiempo.

En sentido positivo y ampliando lo antedicho, los M. D. tienen las siguientes funciones:

. Reequilibrar las realidades internas o externas.

. Autorregular la posibilidad de satisfacer los impulsos.

. Facilitar la adaptación, la socialización y el contacto con la realidad.

. Mantener el estado de firmeza y permitir el desarrollo de la personalidad.

. Conciliar los intereses del Ello y del Superyo.

. Proteger el equilibrio emocional.

En sentido menos positivo, en relación con lo más displacentero, los M.D. actúan en la siguiente forma:

. Resistencia del Yo a lo insoportable mediante la reducción, la evitación, la yugulación o la defensa de

a) tensiones, angustia, insatisfacción o frustración originadas internamente o producidas por conflictos interpersonales.

b) recuerdos desagradables, amenazas instintuales, tendencias contradictorias, miedo a la agresividad o peligros supuestos o reales.

c) energía impulsiva que no puede ser encauzada por la angustia ni por “gritos ni golpes”.

Toda activación de un proceso defensivo de relegación o neutralización implica generalmente un gasto de energía vital que, en el peor de los casos, puede empobrecer la personalidad ya que la energía invertida en actitudes defensivas no puede ser aplicada a otros fines.

Son defensas desarrolladas por el yo (ego) para manejar la ansiedad o prevenir su surgimiento.

Los M. D. pueden distorsionar la realidad interna externa, o bien producir distorsión entre afecto e idea y entre sujeto y objeto. Con todo, aunque no siempre, pueden ser reconocidos y modificados por el sujeto.

Hay M. D. normales y M. D. patológicos.

Los normales permiten la descarga natural del exceso de tensión.

Mecanismos de Defensa anormales o patológicos

Los M. D. anormales son aquellos que actúan en forma insuficiente o repetitiva, abusivamente, restrictivamente o rígidamente, dando lugar a

. Rigidez que obstaculiza el potencial de recursos propios.

. Agresividad. Sadismo.

. Ambivalencias.

. Angustia, depresión. Suicidio.

. Estados fóbicos, histéricos u obsesivos.

Neurosis Casos límite Esquizofrenia

Form. reactiva Negación Escisión

Aislamiento Omnipotencia Negación

Anulación Escisión “Acting out”

Intelectualiz. (paso al acto)

Represión

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M.D. hacia el interior

Represión

Negación

Denegación

Inhibición

M.D. hacia el exterior

Proyección

Desplazamiento

Fijación

Retorno contra sí

Identificación

Negación por el fantasma

Aunque el sujeto no llega a resolver fácilmente los conflictos, restringe el enfrentamiento del Yo frente al objeto perturbador, deformando, modificando o transformando la realidad y experimentando una aparente sensación de resolución de los problemas.

La ansiedad puede tener tres orígenes:

• La ansiedad de realidad , que es el temor que surge ante la amenaza o los peligros reales.

• La ansiedad neurótica , que es consecuencia del temor de que los impulsos de ello se salgan de control y lleven al sujeto a cometer un acto por el que será castigado.

• La ansiedad moral , generada por el temor de los individuos a transgredir el código moral.

Si el yo (ego) funciona perfectamente no se experimenta ningún tipo de ansiedad, ya que los peligros externo serían previstos y manejados, los impulsos del ello serían liberados oportunamente y no se transgrediría ninguna norma ni principio moral introyectado. Pero esto no ocurre en la realidad donde lo normal es experimentar diferentes tipos y grados de ansiedad.